domingo, 26 de febrero de 2017

Café frío, no, gracias.

Quizá demasiados cafés que se enfriaron esperando
cómo decidías volver.

Quizá demasiados relojes a destiempo que se paraban en seco por no admitir que los minutos pasaban sin que tú estuvieses aquí de nuevo.

Quizá el "quizá" que utilizaste aquella vez
para darme esperanzas.

Las cuales ahora yacen adormiladas
esperando que alguien
—que no seas tú—
venga y convierta este desastre
en un caos menos 
¿cómo decirlo...?,
yo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario