miércoles, 28 de diciembre de 2016

Abrázame, así, solo como tú sabes.

Abrázame, así, solo como tú sabes.

Porque tengo ganas de ti.
De que me me envuelvas con tu brazos como si no quisieras dejarme escapar, como si el mundo ardiese y yo fuese el único lugar en el cual mantenerse a salvo, como si no hubiese vida después de ese abrazo.

Abrázame como si la muerte esperase sentada en un banco
contando los minutos que quedan para que me sueltes y tú quisieras burlarla.

Hazlo porque es el mejor remedio del mundo contra los corazones rotos
—como el mío, o incluso el tuyo—,
porque puedo respirar cuando me das ese oxígeno escondido en tus brazos
abrázame
porque sí
y ya está.

Dudo que alguien rechace un abrazo
y si lo hace
dale otro para que se cure. 

domingo, 4 de diciembre de 2016

Salta, aunque no tengas alas.

Salta, joder.
Y deja que te nazcan las alas mientras planeas,
mientras caes al vacío y no sabes si vas a meterte la hostia de tu vida
o no.

Hazlo sin pensar:
"Me voy a hacer daño",
o incluso:
"Me voy a matar".

Salta sin miedos, sin inseguridades, sin prisas,
pero sin pausas.

Hazlo como si fueses a volar,
como si tus pies no pudiesen caminar más,
salta por quererte.

Salta como si tuvieses que comerte el mundo
y él estuviese ahí abajo.

Salta como si no existiesen "peros",
como si no existiese el "¿Y qué pasaría si...?".
Arriésgate, 
tírate y vuela.

Vuela aunque el cielo tenga un color jodidamente gris,
aunque no veas por dónde vas,
vuela aunque no tengas alas.

Vuela aunque muchos crean que vas a estrellarte,
que no sabrás pilotar.
Vuela únicamente por decirles
"Lo he hecho".

Qué coño,
vuela por ti
y que le den al resto.