domingo, 19 de julio de 2015

Promesas.

No me acostumbro a hacer promesas.
Soy de esas personas que si prometen algo,
siempre acaban cumpliéndolo.
Pero,¿cómo no desearlo
si tú eres mi promesa más bonita?

Y es que, 
te prometo darte mis alas rotas
—sí; darte,
esas que nadie toca—
siempre y cuando tú me enseñes
de nuevo a volar.

Te prometo
contar las estrellas,
regalarte una de ellas
—o todas—
si tú en cambio me prometes
que ninguna brillará más que yo.

Te prometo
subir a lo alto de la cima
y en formato susurro 
decirte que te quiero
no vaya a ser 
que por chillarlo
sepan dónde guardo mi tesoro.

Te prometo
que te cuidaré
más de lo que me cuido yo 
—aunque eso no sea lo complicado—,
que los hoyuelos de mi cara
llevarán tu nombre tatuado.

Te prometo
que daré de mí
lo mejor que tenga
—aunque eso
seas tú—.