de hostias,
de roces,
nos hemos ido de rositas
de espinas y de capullos.
Nos hemos mirado a los ojos
y no nos hemos atrevido a soltar un puto "Te quiero".
Nos hemos cogido la mano
sin saber cuántas habían agarrado primero,
nos hemos follado sin sentir nada
y nos hemos dormido sin siquiera desvestirnos.
Nos hemos fotografiado,
relatado,
escrito,
versado;
nos hemos soñado,
dado pesadillas
y orgasmos.
Nos hemos fundido como el hielo en contacto con el fuego,
pero seguimos igual.
Seguimos quedándonos detrás de la "Línea de precaución" en lugar de tirarnos a otros brazos,
por locura;
o simplemente
ya por pura cordura.