domingo, 4 de diciembre de 2016

Salta, aunque no tengas alas.

Salta, joder.
Y deja que te nazcan las alas mientras planeas,
mientras caes al vacío y no sabes si vas a meterte la hostia de tu vida
o no.

Hazlo sin pensar:
"Me voy a hacer daño",
o incluso:
"Me voy a matar".

Salta sin miedos, sin inseguridades, sin prisas,
pero sin pausas.

Hazlo como si fueses a volar,
como si tus pies no pudiesen caminar más,
salta por quererte.

Salta como si tuvieses que comerte el mundo
y él estuviese ahí abajo.

Salta como si no existiesen "peros",
como si no existiese el "¿Y qué pasaría si...?".
Arriésgate, 
tírate y vuela.

Vuela aunque el cielo tenga un color jodidamente gris,
aunque no veas por dónde vas,
vuela aunque no tengas alas.

Vuela aunque muchos crean que vas a estrellarte,
que no sabrás pilotar.
Vuela únicamente por decirles
"Lo he hecho".

Qué coño,
vuela por ti
y que le den al resto.

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